domingo, 14 de septiembre de 2008

Hablando de 3d

    El cine de animación por ordenador es rico en imágenes bellas y vistosas; pero esto tiene un problema: son contadas las ocasiones en que se eleva por encima de esta capa superficial y alcanza cotas memorables, quizá porque su misma estética hace de ancla imposible de arribar. Los medios tecnológicos y la habilidad de los diseñadores son extraordinarios, pero al final tanto trabajo acaba en películas mediocres. En todo caso los efectos visuales para que resulten creíbles tienen que ser de muy alto nivel.
Sucede que la primera vez que vemos una película de animación si es buena nos gusta, pero un segundo visionado nos cansa. Esto es la diferencia entre lo bello y lo memorable, que lo primero termina por aburrir, póngase por ejemplo en pintura la estética pompier del siglo XIX, mientras que lo último no, es más, siempre le encontramos nuevos matices o incluso nunca le vemos ninguno, dada nuestra dificultad de dilucidar lo elevado mediante palabras.
    Personalmente mis películas de animación preferidas son "Toy Story" y "Shrek", ambas máximas exponentes de los dos principales estudios enfrentados: Pixar y Dreamworks respectivamente. Es evidente que ha habido una evolución técnica desde los albores de la animación digital hasta hoy en día y quizá el progreso mas grande ha sido en la época situada entre estos dos films. Destacaría "Toy Story" por su humor inteligente y "Shrek" por su sarcasmo.
    También de Dreamworks destacaría esa sátira antimilitarista que es "Pequeños Guerreros", donde vemos que el uso del chroma key y la integración de personajes digitales con la imagen fotográfica ha llegado a su madurez. Se nota en este film que Joe Dante, su director, uno de los discípulos de Spielberg, ya tenia experiencia con personajes animados. También se satiriza el mundo de los adultos, mostrándonos a estos como personas ridículas, siendo más maduros sus inadaptados hijos adolescentes. En esto me recuerda a "American Beauty", película con la que casi coincide en el tiempo, aunque lo hace de una manera más amable y tangencial, porque a fin de cuentas esta película solo aspira a despertar el niño interior, como bien reza el nombre de la tienda de juguetes que sale en el film. De todos modos estas películas hacen replantearnos el mito de la prosperidad en aquella época en que estaba tan en boga hablar de la globalización. De la ironía a la melancolía.
    Una serie de televisión que me gusta mucho es "Pocoyo". La chicha de estos dibujos reside en la animación, ya que las mallas no son demasiado complicadas y apenas hay efectos visuales. Pocos personajes en una misma unidad de acción, de tiempo y de lugar.
    Dicen que la televisión es buena de vez en cuando para electrificarse, pero con el cine de animación esta electrificación se duplica, no solo de modo físico sino también estético. Y sino que se lo digan a los infógrafos, que se pasan el día pegados a la pantalla de un ordenador. Dicen que el arte del siglo XXI es la infografía, pero a pesar de que existen una serie de subgéneros digitales, por lo general para el gran público está supeditada al cine.