Hay en "Deseo, peligro", su mejor película, resonancias de Wong Kar-Wai, como el tema del desamor. La película abarca desde lo político, histórico y público hasta lo privado, intimo y erótico, una manera de rendir cuentas con el pasado. Fue una película arriesgada, ya que el sexo era (y sigue siendo) un tema bastante tabú en Asia. La única pega es que el relato solo va por donde le interesa al director, descuidando muchos detalles complementarios, sobre todo de la vida de Wong Chia Chi. Pero Lee aposto por la mezcla entre melodrama y suspense, y le salió redondo, en especial gracias a la maravillosa banda sonora de Alexandre Desplat.
En muchas de las películas de Ang Lee el sueño de la gran ciudad tiene un especial protagonismo: New York, Taipei, Shanghai... una ciudad que ofrece oportunidades de desarrollo a sus protagonistas, pero para acabar en ocasiones en la frustración y el desamor, provocados también por el choque entre tradición y modernidad.
El director taiwanés va oscilando entre encargos y proyectos personales, estos últimos mucho más interesantes. La demoledora "La Tormenta de Hielo", una critica a las supuestas libertades de la era hippie y toda una antítesis de su anterior trabajo "Sentido y Sensibilidad", es una buena película pero no es la mejor, ya que la vida en escasas ocasiones(que las hay) es así de fría. Ang Lee sabe contar historias, pero a costa de usar una narrativa clásica que da como resultado un producto un poco convencional, del cual se resienten sus películas. Cine para gente culta pero no erudita, como decía un crítico del más occidental de los directores asiáticos.
El director taiwanés va oscilando entre encargos y proyectos personales, estos últimos mucho más interesantes. La demoledora "La Tormenta de Hielo", una critica a las supuestas libertades de la era hippie y toda una antítesis de su anterior trabajo "Sentido y Sensibilidad", es una buena película pero no es la mejor, ya que la vida en escasas ocasiones(que las hay) es así de fría. Ang Lee sabe contar historias, pero a costa de usar una narrativa clásica que da como resultado un producto un poco convencional, del cual se resienten sus películas. Cine para gente culta pero no erudita, como decía un crítico del más occidental de los directores asiáticos.