Caravaggio tiene una pincelada redonda y acabada, con un regusto por el detallismo. "Lo divino es humano" como dirían los que se encuentran a la izquierda de Hegel, entre los que se encuentra, claro esta, el propio pintor. El film usa una estructura argumental que bebe de los clásicos, en especial de "Ciudadano Kane", alternando la vida del pintor a base de flashbacks con la de la investigación del emisario del Papa. El impresionante arranque de la trama parece sugerirnos que la vida de Caravaggio estuvo marcada por la violencia. Hay un doble juego por parte de La Iglesia: por una parte alaba las pinturas de Merisi pero a la vez las censura, un doble juego hipócrita.
En la película se nota la influencia de ciertos movimientos progresistas en boga hoy en día, como el movimiento LGTBI o el feminismo. A fin de cuentas la relación con la marquesa Colonna no esta muy definida historicamente y en la película la muestran como amatoria, además de remarcar las tendencias homosexuales del pintor; como por ejemplo cuando Michelangelo le pide al cardenal del Monte una espada a cambio de su protección, inconfundible símbolo fálico. Pero todo esto se nos muestra de una manera un tanto superficial, sin profundizar realmente en el dolor místico de Merisi.
La película cae un poco en cierta voluntad entre lo barroco y lo pompier; la fotografía esta bien, el guion esta bien, el montaje esta bien, pero le falta hondura. No analiza las razones por las que Caravaggio se convirtió en uno de los pintores favoritos de la Contrarreforma. Michele Placido, su director, es más un artesano que un artista, con una filmografía como director no demasiado destacable. A pesar de ser un film relativamente interesante no da ninguna pena al final la muerte por asesinato de este controvertido pintor. Sin duda habría hecho un mejor biopic Pasolini, con el cual Merisi muestra ciertas concomitancias, alejado de los tópicos y tramposos excesos sexuales de Placido. Una pena.