En su cine Godard mezcla, en un curioso equilibrio y sucesión casi acrobática en ocasiones (pero armoniosa siempre), lo superfluo, lo frívolo y lo ilusorio con lo profundo y meditado: pesimismo y modernidad van de la mano. Es un cine inclasificable, que usa los géneros solo como disculpa remota para llevarnos al terreno que al cineasta le interesa. En su juventud fue el enfant terrible del cine francés, solo el tiempo consiguió calmarlo. La juventud del cineasta vino marcada por una radical industrialización y desarrollo del capitalismo y el consumismo que conlleva, lo que vemos en sus películas, donde vemos industrias, multinacionales, supermercados, anuncios publicitarios. El caso más paradigmático de esto seria "Alphaville(1965)", de marcada estética futurista. Este progreso trajo una serie de nuevos problemas sociales, que fue lo que intento reflejar la Nouvelle Vague en sus películas.
Paulatinamente su cine a ido pasando de una estética pop a una más realista y objetiva, no sin experimentar antes con formas vanguardistas, como el videoarte en "Numero Dos(1975)". Lo que indicábamos más arriba (la "no-narración") puede aplicarse a todo el cine de Godard, donde es más importante el significante que el significado. Por eso el cine de Godard es tachado de superficial en lo político, aunque esta no deja de ser una opinión personal. De todos modos seria propio de un espectador torpe criticar a Godard por su afiliación maoísta. Para algunos la Nouvelle Vague se caracterizo por tratar problemas sin importancia, pero fijándonos bien esta hipérbole permitió tratar otros temas más de tipo existencial, del mismo modo que el Neorrealismo trató el tema de lo social. Quizá salvaría del fuego "Vivir Su Vida(1962)", una de las más pesimistas en su critica ya que es la historia de una superviviente (en esto último me recuerda a la protagonista de "El Amor Después del Mediodía(1972)", uno de mis películas preferidas de Rohmer). Realmente siempre le preocupo el tema del suicidio porque ¿para que sirve pensar? Solo para traernos problemas, sino la muerte. Todas las películas modernas son pesimistas, incluidas las de Godard, aunque dentro de un contexto histórico idealista. Una modernidad alejada del establishment hollywoodiense, en las antípodas de los efectos especiales y lo digital. Y es que para Jean-Luc solo hay una manera de hacer cine y es a través de la critica: critica y praxis son las dos caras de una misma moneda. Fuera de ahí no hay arte, no hay nada.