Seria una cuestión difícil de dilucidar cual de estos dos directores es mejor. Personalmente me gusta más Scorsese por, entre varios motivos, la variedad temática y formal de su filmografía, aunque no excluye que haya ciertas constantes. Coppola pondría en apuros a cualquier crítico con "El Padrino", pero formalmente es de corte clásico (mucho uso del plano y el contra-plano) por lo que habría que buscar los méritos de la película en otra vertiente, como la dirección de actores y el logrado pathos del film. A nivel de imagen "La Ley de la Calle" rivalizaría con "Taxi Driver", ambas con resonancias épicas, pero personalmente prefiero la segunda, aunque solo sea por esa imagen del taxi saliendo de entre la niebla. El film de Coppola es de corte clásico (una imagen una idea en el plano simbólico) y aunque esta bien dirigido no arriesga demasiado. Pero si una cosa es meritoria de los dos es que, partiendo de estereotipos (el italiano como mafioso), logran trascenderlos como nunca antes en la historia del cine. De todos modos las comparaciones son odiosas. Es más enriquecedor disfrutar de la idiosincrasia de cada uno de estos directores individualmente, por separado, que compararlos. Cada uno es una visión, una poesía sobre el mundo distinta.
En "Historias de Nueva York" Scorsese firma la mejor de las tres: vemos aquí a un pintor con dos facetas claramente diferenciadas: la artística creativa por un lado y la social por el otro, dos facetas que en un principio pueden parecer distintas, pero que al final convergen mutuamente para desembocar en el marcado histrionismo del personaje.
En "Uno de los nuestros" más que una trama principal asistimos a la sucesión de numerosísimas sub-tramas, que tiene un nexo en común: la inadaptación de sus protagonistas.
"El Cabo del Miedo" tiene como idea principal o tesis la siguiente: la maldad y la venganza exacerban la inteligencia.
"Apocalypse Now" no me gusta porque hace de la guerra de Vietnam un espectáculo.
En "El Ultimo Vals" Scorsese solo entrevista a los miembros de The Band y se abstiene de entrevistar a los músicos que tocan con ellos a lo largo del film, sin duda para darle cierta unidad.
De "Taxi Driver" me gustan esos planos descriptivos introducidos en mitad de la secuencia por el montaje: un camello en una cafetería, unos teléfonos sobre una mesa, unos ramos de flores marchitas... Scorsese no es un poeta puro: se mueve más bien en la ambigüedad, a mitad de camino entre la poesía y la realidad, como si una tomara impulso gracias a la otra respectivamente. Eso si, ambas apoyadas en cierto barroquismo estilístico (cámara en mano, travellings, montaje paralelo, etc). Esta claro que Travis sufre de algún tipo de psicopatología, probablemente de origen sexual, pero es más un fanático que un psicópata. Pero en Scorsese la violencia no esta muy alejada de la religión. Empero la autentica protagonista son las húmedas calles de Nueva York.
"La edad de la inocencia" exige del espectador cierta complicidad, dejarse llevar y disfrutar del lujo de detalles de la puesta en escena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario