Es difícil ver paralerismos con otros cineastas o artistas. Como en Bresson asistimos a la repetición de escenas, para remarcar la diégesis del tiempo y el minimalismo argumental. Pero lo que esta claro viendo a Kiarostami es que la mejor visión de un país la hace un nativo.
"Copia Certificada(2010)" es una obra en la que, como suele pasar mucho en el cine, mas que de arte se habla de un tema alrededor del arte: el tema del legado cultural, que por otro lado a mi me parece de escaso interés. Aunque es su obra más occidental, se hace tediosa a ratos. Es como una ficción dentro otra ficción, los personajes juegan a interpretar varios roles. De ahí su guion un poco despistado y laberíntico, casi absurdo. Pero a pesar de todo no es tan desesperante como el primer visionado de "El Viento nos llevará(1999)", paradojicamente para algunos su mejor obra.
"Ten(2002)" es de los trabajos de Kiarostami más contradictorios. Y es una pena porque el film está bien de ritmo pero, a pesar de ser un intento de hablar del mundo del sexo femenino, practicamente solo nos habla del desamor (tema ya presente de manera indirecta en "El Sabor de las Cerezas"), y esto no lo es todo para las mujeres como cualquier mujer feminista puede corroborar. Para la protagonista principal su libertad es tan valiosa como el amor a su hijo, e intenta empatizarla a los demás. La conclusión es que es necesario un cambio social en la sociedad iraní para que la mujer encuentre su lugar.
"Primer Plano(1990)" es una idealización de una pequeña estafa, un caso de suplantación de la personalidad. Digo idealización porque Kiarostami tendria problemas personales con su protagonista, Hossain Sabzian. Pero no debemos extrañarnos: este film es una visión poética de unos sucesos extraños pero que transcurren como ese tubo que gira y se desliza por una pendiente, metáfora de la vida misma. Kiarostami ve poesía en todas partes, está en las antípodas del cine de Hollywood, tiene un concepto de la libertad más profundo, alejado de las superficialidad de los efectos especiales y la post-producción. Su ambigüedad idiosincrásica, a medio camino entre el documental y la ficción, le da mucho juego, sobre todo en lo que respecta a soluciones formales. No quiero con esto decir que estoy a favor de la censura (en esta caso la iraní) pero si que el hecho de que exista no necesariamente significa una traba. A fin de cuentas la espiritualidad de Kiarostami bebe mucho de El Corán, que es un libro que vale la pena leer, aunque solo sea por su valor literario, como bien indica el crítico Harold Bloom. Pero no olvidemos que el director iraní no seria nadie sin la poesía de su país.
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